El mueble como protagonista de los lugares que habitamos suele ser el máximo exponente de la historia de la humanidad. En ese contexto, el tocador quizás sea el mobiliario que mejor refleje los cambios en las costumbres sociales, las actividades de ocio o el gusto popular de los últimos siglos.
Pero, ¿cuándo comenzó este interés por tener un mueble dedicado exclusivamente a nuestro cuidado y embellecimiento? Todo empezó con una caja. Esas cajas bellamente adornadas que se diseñaban en el Antiguo Egipto para guardar todo el ritual de belleza: desde frascos para cosméticos y perfumes exquisitos hasta aceites exóticos, maquillajes y espejos.
Ese pasado lejano fue la inspiración o la semilla, pero el tocador, tal y como lo conocemos hoy en día, se remonta a Europa, especialmente a Francia e Inglaterra a finales del siglo XVII, cuando las clases más altas de la sociedad de entonces adquirieron la costumbre de encargar lujosos mobiliarios a artesanos y fabricantes de muebles.
Sin embargo en Estados Unidos, los diseños de los tocadores eran más sencillos y, entre todos, los de estilo Chippendale fueron los más populares. Durante el siglo XIX, estas sofisticadas mesas de belleza se hicieron en estilos variados, desde el gótico, el isabelino y el rococó hasta el renacentista o el de reminiscencias coloniales, por nombrar algunos. Ya a finales del siglo pasaron a ser parte fundamental del dormitorio.
Pero no fue hasta principios del siglo XX, durante el periodo art déco, que los tocadores, tanto en Europa como en América, se convirtieron en emblema de modernidad, lujo y glamour.
Actualmente existen tocadores que se ajustan a las necesidades del momento, líneas que sin descuidar el diseño, aportan un caracter práctico y se convierten en un rincón de cuidado personal que dota de carácter cualquier habitación de nuestro hogar.
Infinidad de modelos al alcance de todos los públicos, con espejos acoplados e independientes, banquetas, iluminaciones y espacios de almacenaje para todo tipo de artículos cosméticos, es lo que ofrece la nueva colección de tocadores que Franco Furniture ha creado pensando en aquellas personas que hacen de su tocador algo más que un mueble.
FUENTE: www.francofurniture.es
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